Cuando uno mira las fotos de los corredores en la meta de un maratón, ve caras que reflejan cosas muy diferentes. Ve caras de dolor, caras de rabia, caras de sufrimiento (muchos), caras de felicidad, de satisfacción. Todo son caras que reflejan lo que les pasa por dentro a aquellos que se han atrevido a correr esa distancia y han sido capaces de acabarla. Después de acabar de correr la Maratón de Valencia, después de pasar unos días con la euforia de haberla terminado (y con muy buen tiempo para mí – 3h 12 min-) intento extraer algo positivo de esta experiencia que pueda transmitir algún valor a mis alumnos. Y haberlos los hay, y muchos. 42km y 195m no es poca cosa (es mucha). No es una distancia que se pueda correr solo con la VOLUNTAD . Hay que prepararla. Mucho y bien si no se quiere convertir esta experiencia en una tortura. De no ser así, los riesgos que se asumen son elevados (aunque últimamente, muchos inconscientes los ignoran o los desconocen). Si vamos a conc...